Así lo indican Jenny Moix y Mª Isabel Casado, las coautoras del Manual del Dolor, en un artículo donde hacen referencia a las diferentes terapias psicológicas para tratar el dolor crónico. Este dolor puede ocasionar varios problemas en la vida de las personas que lo padecen. Además, esta dolencia ha dejado de ser síntoma para convertirse en enfermedad.
El 11% de los españoles padecen del dolor crónico, es decir, una molestia que se alarga más de tres meses. Algunos de los malestares que se pueden convertir en dolor crónico si se prolonga más tiempo de lo normal son los dolores de cabeza y los de espalda. Pero existen también otras consecuencias importantes: las psicológicas. En España se observa el porcentaje más elevado de personas con este problema, en concreto el 29%, sufren depresión, ansiedad o ira. Por otro lado, el dolor de los casos lumbares supone un coste de tratamiento entre el 1.7% y el 2.1% del Producto Interior Bruto.
Para tratar este problema se necesita un tratamiento en el que colaboren médicos, fisioterapeutas, asistentes sociales y psicólogos. Hay una variedad de terapias psicológicas que con los métodos usados tradicionales forman un importante número de ejercicios para llegar a tratar con eficacia esta enfermedad. Algunas de las técnicas de tratamiento es la relajación, el biofeedback (que trata de restablecer la auto-regulación del cuerpo de la persona, sobre todo en pacientes con cefalea tensional o migrañas), la hipnosis (al igual que la relajación trata de reducir la ansiedad y así el dolor), las técnicas operantes (que se refiere a mejorar las quejas del dolor, los cambios posturales y las expresiones faciales), la terapia de aceptación y compromiso, la técnica mindfulness (que trata de vivir el presente sin juzgar e interpretar) o la terapia de la escritura emocional.
Pero dentro de todas estas terapias psicológicas, las técnicas cognitivo- conductuales son las más empleadas y han demostrado que son muy efectivas. Los estudios sobre estos tipos de técnicas dicen que los resultados del tratamiento médico y psicológico en conjunto muestran una mayor reducción del dolor.
Estas técnicas están formadas por diez sesiones grupales y dos sesiones individuales. En cada sesión, los pacientes comentan la tareas realizadas en sus casas, se explican los diferentes ejercicios prácticos y se proponen tareas que deben llevar a cabo. Con estas sesiones prácticas se les ayuda a los pacientes a ver cuál es su dolor, y se les orienta para que sepan controlarlo a través de la respiración, la atención, las emociones y sentimientos. A la vez animan a los pacientes a que establezcan objetivos concretos para sus vidas, que sepan organizar mejor su tiempo y además, resaltan la importancia del ejercicio físico. La finalidad es que los pacientes se den cuenta que todo va dirigido a sus pensamientos, conductas y emociones.
El protocolo en el que se ha detallado estas técnicas se ha editado en forma de manual titulado Manual del dolor. Tratamiento cognitivo-conductual del dolor crónico. Se hace una descripción exhaustiva de todas las explicaciones y ejercicios. Es una guía para los profesionales que quieran aplicar la técnica y así impulsar investigaciones en este campo. Los beneficios del manual van destinados a Sine Dolore una asociación cuyos objetivos consisten en: tratar el dolor, aliviar el sufrimiento y aumentar la calidad de vida de las personas que padecen esta enfermedad.
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